jueves, 6 de agosto de 2009

DESÓRDENES ALIMENTICIOS



Los desórdenes alimentarios son afecciones que se han hecho tan populares en los últimos años, que podrían llegar a calificarse como “epidemia social”. Las presiones biológicas, psicológicas y sociales pesan de tal manera que desde edades tempranas vemos la preocupación por el “cómo luzco, cómo me veo”. Se ha establecido (e, incluso, se ha dado como un hecho) que para ser aceptado y para tener éxito, con una figura lánguida y delgada todo es más fácil, dejando de lado las virtudes como la inteligencia y la belleza interior. La cultura occidental ha desarrollado la idea de que todo el que no sea delgado y esbelto es insano, desagradable y poco atractivo. Todo el delgado es deseable.
Esta mentira llega a hacerse cierta, al punto que difícilmente se acude a una reunión sin que se mencione el peso, la figura o todo lo pertinente a esto. Todo gira alrededor de esta idea.

Comer compulsivamente, purgarse, vomitar, hacer ejercicio físico excesivo o, simplemente, privarse de la ingesta de alimentos es, en esencia, el trampolín que da paso a los desórdenes alimentarios como la anorexia nerviosa, la bulimia y la obesidad.

No hay grupos más o menos predispuestos a estos problemas. Sin embargo, se encuentra una mayor cantidad de mujeres afectadas, probablemente porque, a pesar de la famosa liberación femenina y la igualdad entre hombres y mujeres, a las mujeres se nos tiende a criar con el concepto de trabajar fuerte para ser y mantenernos bellas físicamente para ser mejor aceptadas por la sociedad; se ha establecido la belleza y delgadez física como sinónimo de poder, tanto de tipo económico como de tipo sexual.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Juventud y Genero

JUVENTUD Y GÉNERO
El concepto de género refiere a la asignación social y a la valorización diferenciada de responsabilidades y roles a hombres y mujeres, que condiciona sus opciones, hábitos y desempeños.
Ha reservado, prioritariamente, para el hombre, la esfera pública de la producción; y, para la mujer, la esfera privada de la reproducción y el cuidado de los otros. Es una variable socio-económica y en ella influyen la clase social, la raza, la religión, el entorno económico, la edad, etc., por lo que su aplicación a la juventud y al trabajo incrementa la capacidad de explicar y poner de manifiesto los desequilibrios de oportunidades y necesidades entre las y los jóvenes.
En la infancia y adolescencia se conforma la identidad –por un proceso de adscripción e identificación con los modelos vigentes la asignación genérica se constituye en condicionante de la construcción de la identidad y del proyecto de vida. Así, los jóvenes se han preparado para acceder a la vida adulta a través del trabajo productivo y, las jóvenes, para la reproducción y el trabajo de cuidado.
Ambos proyectos han sido vistos como ineludibles y adecuados pero, el primero, lleva a la independencia económica y al pleno reconocimiento ciudadano; mientras que el segundo, a la dependencia y a una ciudadanía delegada.
Esta diferencia hace que ser joven en femenino no sea lo mismo que serlo en masculino. La naturalización del trabajo reproductivo y la adjudicación de la responsabilidad casi exclusiva de la crianza de los hijos y de las tareas domésticas constituyen uno de los principales obstáculos que las mujeres han debido enfrentar; que determina un desigual acceso y control a los recursos, que se expresa en debilitamiento de la autoestima, de la confianza en sí misma y del desempeño social y laboral, así como en mayor vulnerabilidad ante la violencia familiar y sexual e inequidad en el consumo de bienes en el hogar.
La pertinencia de la aplicación de una mirada de género al análisis de la juventud y del ámbito laboral parecería incuestionable: la definición de roles se inicia en la infancia y está en la base de la construcción de la identidad y son las concepciones culturales acerca de lo que les corresponde ser y hacer a hombres y mujeres, del valor de las actividades y capacidades femeninas y de las relaciones con sus padres y maridos, las que se trasladan al ámbito laboral e interactúan con las exigencias y condicionantes productivas y económicas determinando la división sexual del trabajo.
Próximamente se irán incorporando nuevos materiales.
CINTERFOR

martes, 4 de agosto de 2009

Equidad de genero




¡RECIBÍ FLORES HOY!

No es mi cumpleaños o ningún otro día especial; tuvimos nuestro
primer disgusto anoche, y el dijo muchas cosas crueles que en verdad me
ofendieron. Pero se que está arrepentido y no las dijo en serio, porque
el me mandó flores hoy.

¡Recibí flores hoy!
No es nuestro aniversario o ningún otro día especial; anoche me aventó
contra la pared y comenzó a ahorcarme. Parecía una pesadilla, pero de
las pesadillas despiertas y sabes que no es real; me levanté esta
mañana adolorida y con golpes en todos lados, pero yo se que esta
arrepentido; porque él me mando flores hoy.

¡Recibí flores hoy!
Y no es día de San Valentín o ningún otro día especial; anoche me golpeó
y amenazó con matarme; ni el maquillaje o las mangas largas podían esconder
las cortadas y golpes que me ocasionó esta vez. No pude ir al
trabajo hoy, porque no quería que se dieran cuenta. Pero yo se que esta
arrepentido; por que él me mando flores hoy.

¡Recibí flores hoy!
Y no era día de las madres o ningún otro día especial; anoche él me
volvió a golpear, pero esta vez mucho peor. Si logro dejarlo, ¿qué voy
a hacer? ¿Cómo podría yo sola sacar adelante a los niños? ¿Qué pasará si
nos falta el dinero? Le tengo tanto miedo, pero dependo tanto de el, que
temo dejarlo. Pero yo se que esta arrepentido porque el me mando flores hoy.

¡Recibí flores hoy!
Hoy es un día muy especial: Es el día de mi funeral. Anoche por fin logro
matarme. Me golpeo hasta morir. Si por lo menos hubiera tenido el valor y la
fortaleza de dejarlo; si hubiera aceptado la ayuda profesional. Hoy no
hubiera recibido flores!


¡POR UNA VIDA SIN VIOLENCIA!